Síntomas y signos

Síntomas y signos

El inicio de la miastenia grave puede ser repentino y a menudo, los síntomas no se reconocen inmediatamente como miastenia grave.

Una persona que padece esta enfermedad le puede afectar a cualquier músculo voluntario una debilidad que normalmente mejoran con el descanso, pero la debilidad muscular puede ir y venir.  Sin embargo, los síntomas tienden a avanzar con el tiempo, por lo general alcanzando su peor estado unos pocos años después de la aparición de la enfermedad.

Aunque la debilidad muscular puede afectar a cualquier músculo que controlas, frecuentemente suele ser afectados unos ciertos grupos de músculos que otros. Por ejemplo, en la mayoría de los casos el primer síntoma perceptible es la debilidad en los músculos oculares (de los ojos). 


Músculos de los ojos

En más de la mitad de las personas que presentan miastenia grave, los primeros signos y síntomas incluyen problemas en los ojos, entre ellos:


  • Caída de uno o ambos párpados (ptosis).

  • Visión doble (diplopia), que puede ser horizontal o vertical, y mejora o se resuelve al cerrar un ojo.


Músculos de la cara y de la garganta

Aproximadamente, un 15 por ciento de las personas con miastenia grave sus primeros síntomas están involucrados con los músculos de la cara y de la garganta, y pueden provocar:

  • Alteraciones para el habla: la persona al hablar produce un sonido suave o nasal dependiendo qué músculos hayan sido afectados. 
  • Dificultad para tragar: se pueden atragantar fácilmente con la comida, bebidas o pastillas. En algunos casos, los líquidos que tratan de tragar pueden salir por la nariz.
  • Problemas para masticar: al masticar comida, sobre todo algo duro como la carne, los músculos que utilizas para masticar se pueden cansar.
  • Expresiones faciales limitadas: se ven afectados los músculos de la cara haciendo que límites tus expresiones faciales, un ejemplo de ello es la dificultad por sonreír.

Músculos del cuello y de las extremidades
La miastenia grave pueden causar debilidad en las extremidades (brazos y piernas) y en el cuello que suelen ocurrir junto con la debilidad muscular de otras partes del cuerpo (los músculos de la cara, ojos, garganta...).
Este trastorno normalmente afecta más a los brazos que en las piernas provocando una debilidad y dificultad de capacidad del control para coger o sostener algún objeto. Si afecta a las piernas, al igual que en los brazos le va a ser difícil mantenerse en pie ya que por la debilidad se pueden doblar sus rodillas. 

En el cuello le resultará difícil sostener la cabeza por la debilidad de los músculos del cuello.






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